My Beautiful Princess Bible - Flipbook - Page 52
Génesis 2
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tierra y todos los árboles frutales para que les
sirvan de alimento. 30Y he dado toda planta
verde como alimento para todos los animales
salvajes, para las aves del cielo y para los
animales pequeños que corren por el suelo, es
decir, para todo lo que tiene vida»; y eso fue lo
que sucedió.
31 Entonces Dios miró todo lo que había
hecho, ¡y vio que era muy bueno!
Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se
cumplió el sexto día.
2
Así quedó terminada la creación de los cielos
y de la tierra, y de todo lo que hay en ellos.
2 Cuando llegó el séptimo día, Dios ya había
terminado su obra de creación, y descansó* de
toda su labor. 3Dios bendijo el séptimo día y
lo declaró santo, porque ese fue el día en que
descansó de toda su obra de creación.
4 Este es el relato de la creación de los cielos y la
tierra.
El hombre y la mujer en el Edén
Cuando el Señor Dios hizo la tierra y los cielos, 5no
crecían en ella plantas salvajes ni grano porque el
Señor Dios aún no había enviado lluvia para regar
la tierra, ni había personas que la cultivaran. 6En
cambio, del suelo brotaban manantiales que regaban* toda la tierra. 7Luego el Señor Dios formó al
hombre del polvo de la tierra. Sopló aliento de vida
en la nariz del hombre, y el hombre se convirtió en
un ser viviente.
8 Después, el Señor Dios plantó un huerto en
Edén, en el oriente, y allí puso al hombre que
había formado. 9El Señor Dios hizo que crecieran
del suelo toda clase de árboles: árboles hermosos
y que daban frutos deliciosos. En medio del huerto
puso el árbol de la vida y el árbol del conocimiento
del bien y del mal.
10 Un río salía de la tierra del Edén que regaba el
huerto y después se dividía en cuatro ramales. 11El
primero, llamado Pisón, rodeaba toda la tierra de
Havila, donde hay oro. 12El oro de esa tierra es excepcionalmente puro; también se encuentran allí
resinas aromáticas y piedras de ónice. 13El segundo,
llamado Gihón, rodeaba toda la tierra de Cus. 14El
tercero, llamado Tigris, corría al oriente de la tierra
de Asiria. El cuarto se llama Éufrates.
15 El Señor Dios puso al hombre en el jardín de
Edén para que se ocupara de él y lo custodiara;
16 pero el Señor Dios le advirtió: «Puedes comer
libremente del fruto de cualquier árbol del huerto,
17 excepto del árbol del conocimiento del bien y del
mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás».
18 Después, el Señor Dios dijo: «No es bueno que
el hombre esté solo. Haré una ayuda ideal para él».
19 Entonces el Señor Dios formó de la tierra todos
los animales salvajes y todas las aves del cielo. Los
puso frente al hombre* para ver cómo los llamaría,
y el hombre escogió un nombre para cada uno de
ellos. 20Puso nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales
salvajes; pero aún no había una ayuda ideal para él.
21 Entonces el Señor Dios hizo que el hombre
cayera en un profundo sueño. Mientras el hombre
dormía, el Señor Dios le sacó una de sus costillas*
y cerró la abertura. 22Entonces el Señor Dios hizo
de la costilla a una mujer, y la presentó al hombre.
23 «¡Al fin! —exclamó el hombre—.
¡Esta es hueso de mis huesos
y carne de mi carne!
Ella será llamada “mujer”*
porque fue tomada del hombre».
24 Esto explica por qué el hombre deja a su padre
y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se
convierten en uno solo.
25Ahora bien, el hombre y su esposa estaban desnudos, pero no sentían vergüenza.
El hombre y la mujer pecan
La serpiente era el más astuto de todos los animales salvajes que el Señor Dios había hecho.
Cierto día le preguntó a la mujer:
—¿De veras Dios les dijo que no deben comer del
fruto de ninguno de los árboles del huerto?
2 —Claro que podemos comer del fruto de los
árboles del huerto —contestó la mujer—. 3 Es solo
del fruto del árbol que está en medio del huerto del
que no se nos permite comer. Dios dijo: “No deben
comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo hacen, morirán”.
4 —¡No morirán! —respondió la serpiente a la
mujer—. 5Dios sabe que, en cuanto coman del fruto,
se les abrirán los ojos y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del mal.
6 La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era
hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió.
Después le dio un poco a su esposo que estaba con
ella, y él también comió. 7En ese momento, se les
abrieron los ojos, y de pronto sintieron vergüenza
por su desnudez. Entonces cosieron hojas de higuera para cubrirse.
8 Cuando soplaba la brisa fresca de la tarde, el
hombre* y su esposa oyeron al Señor Dios caminando por el huerto. Así que se escondieron del
Señor Dios entre los árboles. 9Entonces el Señor
Dios llamó al hombre:
—¿Dónde estás?
10 El hombre contestó:
—Te oí caminando por el huerto, así que me escondí. Tuve miedo porque estaba desnudo.
11 —¿Quién te dijo que estabas desnudo? —le preguntó el Señor Dios—. ¿Acaso has comido del fruto
del árbol que te ordené que no comieras?
12 El hombre contestó:
—La mujer que tú me diste fue quien me dio del
fruto, y yo lo comí.
13 Entonces el Señor Dios le preguntó a la mujer:
—¿Qué has hecho?
—La serpiente me engañó —contestó ella—. Por
eso comí.
14 Entonces el Señor Dios le dijo a la serpiente:
3
«Por lo que has hecho, eres maldita
más que todos los animales, tanto
domésticos como salvajes.
Andarás sobre tu vientre,
arrastrándote por el polvo durante toda tu
vida.
15 Y pondré hostilidad entre tú y la mujer,
y entre tu descendencia y la descendencia
de ella.
2:2 O cesó; también en 2:3. 2:6 O del suelo subía neblina que regaba.
2:19 O Adán; igual en todo el capítulo. 2:21 O sacó una parte de su
costado. 2:23 En hebreo el término para «mujer» (isha) suena como el
término para «hombre» (ish). 3:8 O Adán; igual en todo el capítulo.